sábado, 3 de abril de 2010

El titulo que gustes...

Caminó, siempre lo había hecho, siempre le había gustado. Caminó sobre la hierba, sobre cada piedra y saltó cada hoyo y cada rio, recorría el campo con un paso alegre y tranquilo; sin prisa, en realidad llegar no era su meta, para empezar no sabía a donde quería llegar, o siquiera si quería llegar a algún lado. Se sentaba a mirar cada flor, cada línea que le pareciera curiosa y reía con las hormigas que corrían a toda prisa en todas direcciones.

Nació y eso hoy le parecía un regalo, aunque no sabía para qué había nacido, y en general eso no le importaba, alguna vez se sentó largo rato a mirar su cuerpo, movía las piernas como si no fueran suyas, como una cosa que se movía con voluntad propia y le sorprendía sentir cuando se movían, sentir ese movimiento que rosaba el suelo en las piernas y, al mismo tiempo en todo el cuerpo, como su fuera completamente piernas y completamente cuerpo, podía mover cada parte de su ser con agilidad y sin pensarlo y se preguntaba quién le había enseñado a usar su cuerpo. Cómo le habían enseñado y lo que más curiosidad le daba es, cuándo le enseñaron eso.

Hace tanto que había salido a caminar y ahora había juntado una buena colección de nombres con intenciones, recordaba perfectamente cada nombre y lo que había intentado enseñarle ese nombre; recordaba el que le enseñó a caminar, el que le animó a caminar sin rumbo, a quienes le quisieron hacer caminar con rumbo, los que querían hacerle como las hormigas, apuradas, intranquilas.

Algunos nombres tenían caras lindas, otros buenas intenciones y algunos más sabían mucho y unos pocos sabían bien pero de esos nombres hacia mucho que no conocía o que no se dejaban probar.

Hoy hacia mucho sol, mucho de todo en realidad, tenía mucha hambre y había caminado mucho, había mirado mucho y el día había resultado tan muchoso que quería un poco de nada. Jamás había conocido el cansancio y hoy no iba a ser la primera vez, tal vez nunca lo conocería aunque muy seguramente algún nombre intentaría enseñárselo.

Cosa rara lo que los nombres podían enseñar y aun más rara lo que algunos nombres desean enseñar. Es increíble cada nombre, cada intento, cada cosa que intentan nombrar.

Continuará.

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